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Nos inspiramos en la infancia, 
las plantas y los animales.
El Gorrión es nuestro niño interior.

Nuestra fuente de inspiración es la infancia, las plantas y los animales. Gorrión para nosotros es el barrio, la escuela, la casa de nuestros abuelos. Es nuestro niño interior. Empezamos Gorrión como un juego hace más de 20 años en las aulas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Siempre nos inspiramos en los recuerdos de nuestra infancia, las plantas y los animales con los que crecimos. Confeccionamos de forma responsable y con amor, prestando especial atención a la trazabilidad de nuestras colecciones. Nuestros productos son hechos a mano por familias amigas, garantizando la continuidad de su trabajo a lo largo de todo el año. Utilizamos materiales y recursos locales cuidadosamente seleccionados y personalizados para garantizar la máxima calidad y durabilidad. Respetamos el presente y el futuro. Nos importa construir lazos fuertes y duraderos. Somos Gorrión gracias a todas las personas que vuelan con nosotros en Buenos Aires. Y en Barcelona.

MANOS AMIGAS

Nuestros producto son hechos a mano
por familias amigas.

02.

CRUELTY FREE

Cuando decimos que Gorrión es vegano, decimos que ninguno de nuestros procesos y materiales contienen sufrimiento animal.

03.

MATERIALES

El 100% de nuestros materiales son locales, hechos en Argentina.

04.

MIRADA

Miramos siempre al presente,
y nos abrimos a un futuro visionario

05.

AUTÉNTICOS

Respetamos a nuestros competidores permaneciendo auténticos desde 2002.

06.

SORPRESA

Buscamos despertar la sorpresa en cada una de las personas que nos elijen.

“Yo me uno a la lucha
por la liberación del Gorrión de barrio”

Paco nació en un bosque cerca de la Pedrera, Uruguay. Allá vivió sus primeros 4 años, entre médanos y pescadores. Un día se me acerca a hablar la señora Cucuphat, diciendome que Paco estaría más feliz en Buenos Aires, que el nació para la ciudad y que su corazón era tan grande que en el bosque era desperdiciado. Luego de insistirme varias horas, pues la señora Cucuphat
es muy insistente, acepté. Pero había que planearlo, vacunas, permisos y pasajes en Barco. En abril de 2016 cruzo a Montevideo en el barco de las 7:30. Al llegar al puerto, estaban esperando ellos dos, Paco y la señora C, como de la mano. Pasamos el día en Montevideo, a modo de despedida de su tierra natal, Paco miraba lejos, como buscando, o recordando algo. A la noche, en el último barco, nos embarcamos los dos, como desconocidos, rumbo a la gran ciudad.Desde alquel día, Paco y yo nos hemos vuelto tan amigos que no podemos estar separados. El me acompaña a todos lados, incluso a trabajar. Cada mañana, salvo que diluvie, nos vamos juntos caminando hasta Gorrión. Él sabe que estará pronto tumbado al sol en la puerta del nido, curiosando a los que pasan, quienes muchas veces dedican unos minutos a acariciarlo. Debo decir que muchas personas realmente vienen exclusivamente a verlo. Es que Paco da tanto amor a quien lo mire, que es irresistible parar, tocarlo, mirarlo y por supuesto, hablarle. Paco sabe. Sabe dar sin mirar, sabe hacer feliz al otro, casi en forma instantánea. Paco es una lucecita siempre prendida. Donde él está, se nota. Y en Gorrión nos sentimos felices por su presencia.

MANIFIESTO

01.

01.

HECHOS A MANO

Nuestros productos son elaborados 
en talleres por familias amigas.

02.

VEGANO

Ninguno de nuestros procesos
o materiales involucra sufrimiento animal.

03.

LOCALES

Nuestros materiales son 100% locales.

04.

AUTÉNTICOS

Respetamos a nuestros competidores permaneciendo auténticos desde 2002.

“YO ME UNO A LA LUCHA POR LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN DEL GORRIÓN DE BARRIO”

Paco nació en un bosque cerca de la Pedrera, Uruguay. Allá vivió sus primeros 4 años, entre médanos y pescadores. Un día se me acerca a hablar la señora Cucuphat, diciendome que Paco estaría más feliz en Buenos Aires, que el nació para la ciudad y que su corazón era tan grande que en el bosque era desperdiciado. Luego de insistirme varias horas, pues la señora Cucuphat es muy insistente, acepté. Pero había que planearlo, vacunas, permisos y pasajes en Barco. En abril de 2016 cruzo a Montevideo en el barco de las 7:30. Al llegar al puerto, estaban esperando ellos dos, Paco y la señora C, como de la mano. Pasamos el día en Montevideo, a modo de despedida de su tierra natal, Paco miraba lejos, como buscando, o recordando algo. A la noche, en el último barco, nos embarcamos los dos, como desconocidos, rumbo a la gran ciudad. Desde aquel día, Paco y yo nos hemos vuelto tan amigos que no podemos estar separados. El me acompaña a todos lados, incluso a trabajar. Cada mañana, salvo que diluvie, nos vamos juntos caminando hasta Gorrión. Él sabe que estará pronto tumbado al sol en la puerta del nido, curiosando a los que pasan, quienes muchas veces dedican unos minutos a acariciarlo. Debo decir que muchas personas realmente vienen exclusivamente a verlo. Es que Paco da tanto amor a quien lo mire, que es irresistible parar, tocarlo, mirarlo y por supuesto, hablarle. Paco sabe. Sabe dar sin mirar, sabe hacer feliz al otro, casi en forma instantánea. Paco es una lucecita siempre prendida. Donde él está, se nota. Y en Gorrión nos sentimos felices por su presencia. 

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